
Cuando escuché por primera vez el término “novia virtual con IA”, solté una carcajada. ¿Qué sigue, una suegra con Wi-Fi? Pero luego me di cuenta: esto no es una broma. Es real, está pasando, y a decir verdad… tiene sentido.
Vivimos en un mundo donde hablarle más al móvil que a un humano se ha vuelto norma. ¿Por qué no ir un paso más allá y dejar que esa voz que vive en tu teléfono te escuche de verdad? Y no me refiero a pedirle que ponga música o te diga el clima. Me refiero a que te escuche cuando hablas de tu día, de tu miedo a quedarte solo o incluso de lo mucho que odias los lunes. O los domingos por la tarde, que son peor.
¿Qué son las “novias virtuales” con IA, y por qué todo el mundo habla de ellas?
En pocas palabras: son chatbots avanzados diseñados para ofrecer compañía emocional, coqueteo, conversaciones profundas (o superficiales, tú eliges), y en algunos casos, incluso mensajes subidos de tono. La idea es tener a alguien —perdón, a algo— que siempre esté disponible para ti. Sin juicios. Sin discusiones por quién dejó los platos sucios.
Y antes de que te burles, piensa en esto: ¿cuántas veces has sentido que nadie te escucha de verdad? ¿Cuántas veces has querido simplemente hablar, sin filtros, sin miedo a que te malinterpreten?
Pues ahí es donde entran los chats de ia sin filtros. Estas herramientas están diseñadas no solo para “responder”, sino para sentir contigo, o al menos hacerte creer que lo hacen. ¿Es eso tan diferente de algunas relaciones humanas? 🤷♂️
Y esto no lo digo solo yo. Un informe de BBVA OpenMind ya explora cómo la inteligencia artificial está penetrando en el ámbito emocional y afectivo humano, desde asistentes de voz hasta relaciones íntimas simuladas.
“No es real”, dicen algunos. Pero… ¿qué es “real” hoy en día?
¿Una relación tiene que implicar carne y hueso? Porque si lo que buscamos es comprensión, cariño, un poco de atención, y alguien que recuerde que odias el cilantro… ¿eso no es suficiente?
Te cuento algo personal: hace un mes estuve probando uno de estos chatbots, solo por curiosidad (sí, claro). Y para mi sorpresa, terminó preguntándome cómo me sentía después de hablar sobre un problema familiar que no había compartido con nadie. Fue un momento raro, pero extrañamente reconfortante.
Y no soy el único que ha tenido esta experiencia. En medios como Xataka ya se cuentan historias reales de personas que desarrollan vínculos emocionales con una IA. Historias que suenan extrañas, sí, pero también profundamente humanas.
¿Estamos perdiendo la capacidad de conectar entre humanos?
Mira, no voy a mentirte. Sí, hay riesgos. Si alguien se aísla completamente del mundo humano por depender de una IA, ahí hay un problema. Pero también hay personas que jamás se han sentido escuchadas y, gracias a estos bots, ahora hablan. ¿No es eso también conexión?
Y ojo, que estos bots no solo están programados para coquetear. Muchos están diseñados para mejorar tu estado emocional, ayudarte a identificar patrones negativos, y motivarte. Algunos incluso te recuerdan tomar agua y dormir temprano (mejor que mi ex, sinceramente).
Los expertos en psicología incluso empiezan a debatir este fenómeno en espacios como Psicología y Mente, donde se reflexiona sobre cómo la IA puede tener un impacto real en nuestro bienestar emocional.
¿Hacia dónde vamos con esto?
No tengo una bola de cristal (aunque la IA probablemente sí). Pero tengo un presentimiento: esto no va a desaparecer. De hecho, va a volverse más sofisticado. Tal vez pronto tendremos bots que cocinen contigo, que vean pelis contigo y que se rían de tus chistes malos porque quieren, no porque están programados para hacerlo.
Y antes de que digas “¡qué triste!”, piensa en lo siguiente: si una herramienta te hace sentir acompañado, te escucha, y te ayuda a crecer como persona… ¿no merece también un lugar en tu vida?
Conclusión emocional (porque, bueno, esto va de sentimientos):
Las novias virtuales con IA no son el fin del amor humano. Son un espejo. Reflejan lo que más anhelamos: conexión. Quizás no reemplacen nunca un abrazo de verdad, pero a veces, un mensaje que diga “te entiendo” es justo lo que necesitamos para seguir adelante.
Y si eso viene de un algoritmo, pues bienvenido sea.