
Maris-Tech, una empresa israelí líder en computación de borde impulsada por inteligencia artificial y video, exhibirá su equipo de inteligencia de vanguardia en la exposición de defensa DSEI 2025 en Londres a finales de este año.
Estas herramientas están diseñadas para entornos de misión crítica: piense en drones, vehículos blindados y plataformas de vigilancia avanzadas equipadas con inteligencia artificial en tiempo real.
En la feria de Londres, los visitantes tendrán la oportunidad de experimentar con sistemas como Diamond , una robusta plataforma de video perimetral de 360° para vehículos blindados, y Jupiter AI , una computadora perimetral de IA compacta capaz de manejar múltiples transmisiones de video sobre la marcha.
Otras demostraciones destacadas incluyen Opal , Coral y el codificador/decodificador Firebird F-100 5G , que enfatiza el video de baja latencia para redes de comunicaciones complejas.
Aquí es donde la cosa se pone interesante. Estas plataformas de defensa son más que tecnología de vanguardia: presagian un cambio real hacia la concienciación autónoma en primera línea. Antes, los laboratorios tecnológicos dependían de costosas transmisiones satelitales o de un comando centralizado.
En cambio, los dispositivos de Maris-Tech capturan, analizan y responden a las amenazas en tiempo real, en el borde, literalmente más cerca de la acción. Ese es un nivel de agilidad y resiliencia que los sistemas más antiguos simplemente no pueden igualar.
Esta medida también se alinea con una tendencia más amplia: la tecnología que alguna vez sirvió para el entretenimiento, las imágenes médicas o la inteligencia artificial en la nube se está reforzando para mejorar la seguridad.
EdgeAgentX -DT, por ejemplo, combina gemelos digitales con IA generativa para entrenar sistemas inteligentes para redes de campo de batalla: sin milagros, solo una planificación más inteligente y una resiliencia más fuerte.
Aun así, a medida que estas tecnologías se implementan en sistemas de defensa, inevitablemente surgen cuestiones éticas. El debate se ve cada vez más impulsado por el uso de la IA en operaciones reales.
Por ejemplo, en zonas de conflicto como Gaza, herramientas de IA como “Gospel” y “Lavender” han tenido fallos devastadores, lo que ha aumentado las preocupaciones sobre sesgo, supervisión y riesgo civil.
En definitiva, la presentación de Maris-Tech no se limita a demostraciones tecnológicas geniales. Es una señal de que los sistemas de combate de nueva generación están pasando de ser reactivos a ser autónomos.
La carrera armamentística no es ciencia ficción; está aquí, en manos de procesadores de vanguardia y sistemas de visión artificial. Que ese cambio haga la guerra más inteligente, o más humana, depende de cómo se gestionen estos sistemas.