
Penske Media, la potencia detrás de Rolling Stone , Billboard y Variety , presentó una demanda contra Google, acusando al gigante tecnológico de usar su periodismo para impulsar AI Overviews sin permiso.
El caso, presentado en Washington, DC, marca el primer gran editor estadounidense que lleva a Google a los tribunales por esta controvertida característica.
La queja no se trata solo de orgullo, sino de tráfico y dinero. Penske afirma que los ingresos por afiliación se redujeron en más de un tercio debido a que los resúmenes de IA alejaron a los lectores de sus sitios.
¿El argumento? Google está aprovechando su dominio cercano al 90% en las búsquedas para presionar a los editores: déjennos usar su trabajo en las Reseñas de IA o se arriesgan a desaparecer en los rankings. De ser cierto, es una mano dura, y se asemeja inquietantemente a las peleas que los editores tuvieron en su día por Google Noticias.
Curiosamente, no todos los editores están recurriendo a los tribunales. Algunos, como The Financial Times y News Corp , han firmado acuerdos de licencia con empresas de inteligencia artificial como OpenAI para proteger sus flujos de ingresos y controlar el uso del contenido.
Sin embargo, Google ha sido mucho más lento en firmar dichos acuerdos, a pesar de contar con su propio chatbot Gemini y un conjunto creciente de servicios de inteligencia artificial.
Este no es el primer conflicto legal relacionado con AI Overviews. A principios de este año, la plataforma educativa Chegg también demandó a Google, argumentando que la función canibalizaba la demanda de sus materiales de estudio y perjudicaba la competencia.
Y no ocurre sólo en Estados Unidos: los editores en Europa están pidiendo una regulación más estricta de las herramientas de búsqueda con inteligencia artificial, haciéndose eco del conocido estribillo de que “la tecnología es demasiado grande, las reglas demasiado débiles”.
Lo que está en juego va mucho más allá de los gráficos de tráfico. Danielle Coffey, directora de News/Media Alliance, advirtió que la escala de Google le permite eludir las «prácticas saludables» que otras empresas de IA han adoptado, como la transparencia o la negociación de licencias.
En otras palabras, si las visiones generales basadas en inteligencia artificial se convierten en la norma, el flujo que financia el periodismo podría verse obstaculizado.
Mi opinión es la siguiente: esta demanda es una cuestión de supervivencia. No hablamos de una pequeña caída en los clics; hablamos de si el periodismo profesional puede sostenerse si las plataformas de IA reempaquetan el contenido sin una compensación justa.
Para mí, es como un déjà vu de la época de Napster en la música, cuando de repente la cadena de valor se invirtió y los creadores se vieron en apuros. ¿Será la lucha de Penske la grieta en la presa o simplemente otro chapuzón en el océano de poder de Google ? El tiempo lo dirá, pero las líneas de batalla están trazadas.